
El atletismo se despide de uno de los mejores fondistas de la historia, sus marcas son impresionantes y su gran trayectoria jamás será olvidada.
El norteamericano se retira a los 33 años por problemas físicos ocasionados por un exceso de entrenamiento.
Su mejor marca en media maratón es 59m43s y la consiguió en su debut, en Houston, el 14 de enero de 2007. Su registro lo ubica en el puesto 72º en la lista de todos los tiempos, pero todos los atletas que se encuentran por delante suyo son nacidos en África.
En maratón sucede algo similar. Su mejor registro válido es el conseguido en Londres el 13 de abril de 2008. Completó el circuito en 2h06m17s, la mejor marca jamás conseguida por un atleta nativo de Estados Unidos.
Sin embargo en el Maratón de Boston 2011 corrió en 2h04m58s, convirtiéndose en el americano que más rápido ha corrido dicha prueba. Es de destacar que el desnivel de Boston invalida las marcas a la hora de poder ser registradas como oficiales.
La razón de su retiro se debe a la agresiva forma que entrenaba, un problema crónico que causo una baja en sus niveles de testosterona. Ryan empezó muy joven a entrenar y destacaba en su adolescencia como un gran campeón en el 5mil con 13:16:03, sin embargo se saltó la progresión natural de todo atleta y empezó a entrenar largas distancias. A los 17 años ya corría 160km semanales y así fue como batió el récord de maratón de Estados Unidos con un tiempo de 2:08:24.
Su forma de entrenar le fue cobrando factura en sus bajos niveles de testosterona, aún así rechazó la idea de suplementarse con ella y decidió obtenerla de forma natural en los alimentos.
Ryan experimentó distintas formas de entrenar Así, era capaz de correr once kilómetros cuesta abajo en una montaña de más de 2.700 metros para regresar corriendo y repetir de nuevo. Otro ejemplo: en 2012, preparó la maratón de los Juegos de Londres entrenando tres veces por semana y recorriendo la milla (1,6 kilómetros) en 4:42 minutos.
Hall confesó que creía que sus mejores carreras estaban por llegar, pero después de probar todas las opciones posibles ha comprobado que su cuerpo no responde más.
A Ryan Hall se le recordará como un corredor aislado fuera de los medios de comunicación, él mismo menciona que corría por pasión no por reconocimiento.
Una historia que nos deja de reflexión como un exceso de entrenamiento puede perjudicar en la salud, si esto le pasa a un atleta, ahora imaginen a un deportista común.
Hagan caso a su entrenador, sigan un plan certificado de atletismo, escuchen a su cuerpo, no hay que forzarlo o las consecuencias serán graves como le paso a Ryan.
Autor: Omar Martinez