
Sofía Salazar tiene 81 años y desde hace 29 que su pasión es correr. A raíz de esto nos dice: “Sé que comencé tarde, pero inicié de forma casual. Una vez mientras caminaba vi a un grupo de corredores, los seguí y ahí comenzó todo”. Hoy en día, ir a una carrera se ha transformado en parte de su estilo de vida, al tal punto que es un personaje bastante reconocido en la comunidad limeña de runners.“El que se acerquen y me digan ‘yo te vi en tal competición’ es una cosa que hace que me llene de mucha satisfacción. Me hace mirar hacia esa época y hay algo en mi corazón que podría inspirar a cualquier poeta”, señala emocionada.
La última competencia en la que corrió fue la Carrera de Mujeres 8K, por motivos del Día Internacional de La Mujer. La próxima iba a ser la carrera de Punta Hermosa 8k, sin embargo esta fue cancelada como medida sanitaria a raíz del Coronavirus.
Su ejemplar entrenamiento en cuarentena
Antes de la cuarentena, Sofía corría 4 días a la semana entre lunes y viernes. Cuando comenzó el confinamiento, vivió una etapa que la desequilibró. “No sabía qué hacer, porque estoy acostumbrada a encontrarme con algún runner y correr al aire libre”,comentó.
Sin embrago, la desesperación duró poco, ya que Sofía tomó la decisión que, por más que estuviese impedida de salir a correr, abandonar el entrenamiento no era una opción. Si lo hacía, pensaba, más tarde sería más complejo retomar el running.
“No debemos dejar de practicar. Debemos hacer ejercicios y caminatas dentro de la casa, aunque sea chica”, señala enfática.
– Sentadillas: Le complica un tanto hacer sentadillas, pero ha usado su ingenio para conseguirlo, ayudándose de dos baldes de agua a ambos lados de su cuerpo y levantándolos. Después, los deja en el suelo repitiendo el movimiento.
– Estiramiento de brazos: Sofía estira los brazos de forma horizontal, llevándolos hacia atrás. El secreto está en las repeticiones, ya que de esta manera logra conservar tonificadas sus extremidades superiores.
– Escalera: Hace uso de una asombrosa fuerza, sujetándose de los pasamanos, se suspende en el aire y simula el movimiento de un pedaleo sobre una bicicleta, descendiendo peldaño a peldaño.
Sofía continúa entrenando en casa, mientras está confiada en que volverá muy pronto a las pistas y para esto requiere del apoyo de todos. Su condición de adulto mayor la pone dentro de la población de riesgo, por lo que nos deja un importante mensaje final: “Espero que la gente verdaderamente entienda la importancia de no salir de casa. Que lo hagan por esos ancianos que a veces ya ni tienen un hijo a su lado y no tienen cómo ayudarse”.
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