Recomendaciones para correr después de los 50

Muchos llegan al running buscando escapar del estrés, otros lo hacen por indicación médica y no son pocos los que se calzan las zapatillas convencidos de que correr los ayudará a dejar de fumar, bajar de peso o dormir mejor. Y dentro de los que desembarcan en su práctica, cada vez son más las personas mayores que ven la posibilidad de convertirse en verdaderos runners como una meta posible y sencilla de alcanzar.

 

¿Es así?

Si bien nunca es tarde para empezar a correr y no existe un límite de edad para quienes quieren mejorar su performance física, los expertos recuerdan que los músculos y las articulaciones también envejecen y, por lo tanto, se deben tener en cuenta una serie de sugerencias si lo que se pretende es salir a correr después de los cincuenta.
Estudios recientes de la Universidad de Greenville, en Carolina del Norte, muestran que los runners mayores de esa edad pueden recuperar velocidad fortaleciendo ciertos músculos. A partir de los cuarenta, se apunta, la capacidad para el ejercicio aeróbico decae a razón de un 10% por década, aún para la gente mejor entrenada. Por supuesto que un hombre de sesenta acostumbrado al ejercicio tendrá mucha más resistencia que uno de la misma edad que es sedentario. Pero será más lento de lo que él mismo era una o dos décadas antes. En teoría, se explica, un adulto mayor debería poder correr a la misma velocidad que en su juventud, solo que le demandaría más esfuerzo. Sin embargo, la mayoría tiende a reducir la velocidad.

“La capacidad aeróbica está directamente relacionada con la calidad de vida”, apunta el deportólogo local Daniel Cruz, para quien “ese dato objetivo permite entender la importancia de encarar la actividad física de un modo integral; es decir que no se trata sólo de correr y nada más. Hay que hacerlo de manera gradual y acompañarlo con una serie de hábitos saludables que complementen toda una conducta deportiva. Si se pasó los cincuenta y no se está bien entrenado, lo ideal es empezar con caminatas e ir escuchando lo que nos pide y nos limita nuestro propio cuerpo”.

Así, una de las coincidencias generales entre los especialistas radica en la importancia de no arrancar de golpe sino de manera gradual, planificada, sumando estímulos y objetivos. “Exigir al cuerpo sin una preparación adecuada es invitarlo a que se lesione”, apunta Cruz.

Para evitar entonces lesiones como la tendinitis y, al mismo tiempo, mantener la velocidad a lo largo de los años, los expertos aconsejan ejercitar los músculos de los tobillos, incluyendo elongación, trabajo de fuerza (una manera, por ejemplo, es repetir la mecánica de ponerse en puntas de pie) y flexibilidad, algo que también se logra haciendo rodar una pelota pequeña con la planta del pie.

 

Para tener en cuenta

Más allá de la edad que tenga quien se proponga salir a correr, lo cierto es que existen unas series recomendaciones que todos deben tener muy en cuenta a la hora de comenzar la actividad física. Lo primero, además del chequeo médico indispensable, es la hidratación: se debe beber líquidos antes, durante y después de los entrenamientos y competencias. No es bueno esperar a la aparición de sed, dado que éste es un síntoma tardío que hay que evitar.

 Otra sugerencia importante es la de utilizar ropas holgadas, livianas y de algodón, porque son las que permiten disipar mejor el calor corporal. También es clave pesarse antes y después de los entrenamientos o carreras, ya que así se sabe cuánto líquido debería reponerse.

“Durante los entrenamientos en esta época del año siempre se deben buscar los lugares más frescos, con sombra o con viento”, señala Cruz, quien también recuerda la importancia de evitar el consumo en exceso de alimentos o productos que contengan cafeína como café, té fuerte, medicamentos o suplementos que la contengan, bebidas cola, etc, ya que tienen efecto diurético y pueden complicar el estado de hidratación.

Además, todos los expertos coinciden en lo fundamental que es usar un calzado especial para running y evitar zapatillas denominadas “casual “ o de tiempo libre, adecuadas para la vida diaria pero no deportiva.